En cuanto a los efectos mágicos, este es algo fuera de lo común y tendrá un fuerte impacto en cualquier audiencia.

El ILUSIONISTA se quita la corbata (o pide prestada una a alguien del público). Se examina, luego se enrolla y se coloca en una bandeja plana.

Cuando el ILUSIONISTA silba una melodía (o hace que un AYUDANTE toque una flauta), la corbata se anima. El extremo ancho de la corbata se eleva como la capucha de una cobra, arrastrándose cada vez más alto, hasta quedar a más de treinta centímetros por encima de la bobina. La bandeja está volteada de lado y tienes una réplica perfecta de una cobra, con el extremo ancho levantado como una capucha y el extremo estrecho colgando como una cola.

Unos cuantos gestos mágicos y la capota se hunde. La corbata se retira de la bandeja y se tira para examinarla o se la devuelve al “dueño”. La bandeja se muestra vacía y se deja a un lado, mientras usted hace una reverencia y recibe su merecido aplauso.

Lo más parecido a esto que hemos encontrado como efecto mágico es la corbata animada de Finn Jon. Sin embargo, esta versión no utiliza subprocesos y no requiere configuración ni práctica especial, excepto para una presentación efectiva. ¡Pruébalo ante una audiencia y te garantizamos que será una característica permanente en tu acto!